En el año 2009, Antonin Svoboda produjo el documental ¿Quién teme a Wilhelm Reich? para
 la TV austriaca que, en poco más de hora y media, sintetiza la vida y 
obra del polémico psicoanalista austriaco y presenta, como subtexto, una
 serie de teorías asociadas a su desaparición. Tres años más tarde, 
Svoboda estrena la película Der Fall Wilhelm Reich (traducida
 al español como el extraño caso de Wilhelm Reich) en la que retrata los
 últimos días del científico y profundiza en la idea de su muerte, 
mostrándola como el resultado de un acto de conspiración del gobierno 
estadounidense.
La película comienza en 1925, cuando en un Seminario Técnico sobre 
Psicoanálisis en Viena, Reich lee la primera versión de su libro La Función del Orgasmo
 (Die Funktion des Orgasmus) frente a la reacción de molestia de unos 
pocos asistentes, entre ellos el propio Freud. ¿Qué es la cura? He 
elegido la función del orgasmo como el punto central… lee Reich, cuando 
un close up impecable nos muestra cómo éste sorpresivamente cierra su 
cuaderno y se marcha de sala mientras el bullicio aumenta.
En la siguiente escena, 30 años después, Reich aparece junto a su hijo -de unos 10 o 12 años- y su máquina Cloud-Buster,
 esforzándose por estimular la atmósfera en el desierto de Arizona, para
 lograr un milagro: la lluvia. Luego, ya es de noche, están en una carpa
 acampando y el niño le comenta que tiene miedo a la oscuridad. Reich lo
 mira y le responde: “no hay necesidad de tener miedo”.
Wilhelm Reich es conocido en el espectro social “psi” por su trabajo 
en el campo psicoanalítico, principalmente por haber sido uno de los 
favoritos de Freud y por su controversial propuesta en relación a 
energía vital “orgónica“, también conocida en oriente como QÌ (Chi).
 Su teoría plantea que el orgón es una energía que antecede a la materia
 y que incluso la genera. Como una especie de halo vital omnipresente, 
es justamente lo opuesto de la energía atómica que destruye la materia.
Durante la década de los 30, Reich se acerca a las ideas del 
comunismo y, en este contexto, critica la obra de Freud por su carácter 
burgués, replegándose a la tarea de hermanar psicoanálisis y marxismo. 
Justamente este “intento” sería el que inauguraría un trayecto de vida 
marcado por las expulsiones: primero, de la Asociación Psicoanalítica 
por comunista y del Partido Comunista por individualista-freudiano. 
Luego, sería perseguido por el nazismo en Alemania, expulsado de 
Dinamarca y Noruega bajo los argumentos de inmoral y agitador en 
relación a sus teorías sexuales. Finalmente, sus últimos días los pasa 
en una cárcel en EEUU, luego de ser acusado de vender superchería: 
“acumuladores de orgón” que Reich utilizaba en su orgonterapia como tratamiento experimental para enfermos terminales de cáncer.
Y justamente este último período de su vida es el que intenta 
retratar Svoboda en su película al mostrarnos a un científico interesado
 por demostrar la existencia de la energía orgónica, pero sobre todo por
 aportar con soluciones concretas a los problemas contingentes que 
diagnóstica en su entorno. Los beneficiados son vecinos, pacientes de 
sus amigos, su propia hija e incluso el psiquiatra que lo “diagnostica 
de esquizofrénico” cuando está en juicio con la FDA por sus máquinas 
orgónicas.
Pero tal vez, la idea más interesante que despliega esta narración 
audiovisual es lo que representa Reich para sus “enemigos” 
(representados en hombres de negro, sexys espías, jueces, operadores del
 estado, psiquiatras, entre otros); pues, más allá de los juicios que se
 puedan hacer de sus teorías -muchas veces calificadas como delirantes o
 simple superchería-, está claro que éstas presentaban 
un cuestionamiento explícito al pensamiento dominante de la época.
La propuesta terapéutica de Reich apuntaba a la libertad 
(la Vegetoterapia fue concebida para liberar las tensiones de la coraza 
neurótica producto de los impulsos sexuales y emociones reprimidas), 
mientras que la APA, representada en la película por el Dr. Donald Ewen Cameron (1901-1967)
 optaba por electroshock y por lograr una suerte de “reseteo” de los 
enfermos. Cameron es un personaje relevante en la película, que nos 
permite entender cómo (y por qué) se fue orquestando una serie de 
“situaciones” que terminaron con la muerte de Wilhelm Reich un día antes
 de cumplir su condena en una cárcel estadounidense. Su figura aparece 
vinculada a la de un científico particular y revolucionario seguido muy 
de cerca por las agencias de inteligencia estadounidenses. Su 
pensamiento, pero sobretodo sus máquinas, fueron vistas como una amenaza
 potencial para el auge del capitalismo, sus sistemas de control y 
principalmente para su despliegue colonizador.
Al cierre, aparece la voz de Patti Smith con su Birdland despidiendo la producción con un texto que probablemente no dejará indiferentes a nuestros lectores y lectoras:
En 1957, el Doctor Donald Cameron fue 
encargado por la C.I.A para desarrollar el programa MKUltra, un programa
 de investigación de la mente que desarrolló el manual conocido como 
Kubark, sobre métodos de interrogatorio y tortura de la C.I.A. La serie 
de métodos descritos en el libro, son los que se siguen utilizando hoy 
en día.
Los/as invitamos a ver la película con traducción al español:

 
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