lunes, 27 de mayo de 2019

SPK: historia, teoría y práctica. Un ejemplo para el presente

El SPK visto por el SPK

[Tomado de Enajenadxs #9, Madrid, 2003]

Nota de LP: El SPK (Colectivo Socialista de Pacientes) era reichiano y marxiano: a la "biopatía" del cáncer, entendido como la somatización mortal de la impotencia orgástica generalizada bajo el Capital, le opusieron la "utopatía", entendida como la liberación, sanación y desarrollo total de la energía orgónica o energía vital cósmica por parte de la humanidad socializada o la comunidad humana. Revolución sexual, social y cósmica. Para esto, entendían la enfermedad dentro del capitalismo como la autoalienación de la humanidad en forma de fetichismo de la mercancía y trabajo asalariado. Dialécticamente, asumían esta misma enfermedad como arma para enfrentar, destruir y superar su causa radical: el Capital. La enfermedad (física y mental) como arma del antagonismo de clases y la autosupresión revolucionaria del proletariado; de la revolución social, el comunismo y la anarquía. Así pues, no sólo estaban en contra de la Medicina entendida como el poder total y máximo del Capital sobre la Vida (y la muerte... por ello es que "luchar contra el poder médico es luchar contra todos los poderes"), sino que ya estaban más allá de la Antipsiquiatría, tanto en la teoría como en la práctica. Y lo sabían. Para los situacionistas, la organización revolucionaria es la práctica de la crítica unitaria de todo este mundo, o la organización de la crítica práctica de la totalidad de la vida cotidiana en acción. Pues bien, el SPK fue un ejemplo "atípico" y "anormal" de organización revolucionaria. Este texto es una muestra preciosa y concisa de su praxis revolucionaria en el contexto del "segundo asalto del proletariado contra la sociedad de clases" (1967-1977). Sin duda, un ejemplo histórico a seguir para todxs lxs proletarixs-enfermxs-pacientes conscientes y hartxs de serlo que existan hoy en día en cualquier parte del mundo y que estén leyendo esto ;). 
Sí: hacer de la propia enfermedad un arma contra el Capital y crear colectivos de pacientes revolucionarixs en todas partes. No, no se trata de crear un nuevo tipo de grupúsculo o "racket" antipsiquiátrico/anticapitalista, ni mucho menos de crear grupos de "autoayuda"; sino que se trata de romper el aislamiento y "riesgo" individual entre proletarixs que se encuentren en esta situación, creando lazos, vínculos, relaciones, redes, actividades, praxis, comunidad de lucha y de vida. La clave de los colectivos de pacientes revolucionarixs, y de la curación de sus miembros, no es la organización per se sino el apoyo mutuo y la "agitación colectiva" en su propia cotidianeidad. La parte más potente de este texto es precisamente aquella en la que habla de la transformación dialéctica de la "agitación individual" en "agitación colectiva", y la transformación dialéctica de los colectivos de pacientes revolucionarios en "revolución socialista", en comunismo.
Retomando la definición situacionista de organización revolucionaria, y considerando el peso y la importancia real que lo psicológico tiene en el medio revolucionario, me atrevería a sostener entonces que, de ahora en adelante, toda organización revolucionaria debería asumirse, entre otras cosas, como un colectivo de pacientes revolucionarixs, dado que en realidad todxs lxs proletarixs estamos enfermxs de capitalismo (física y mentalmente) y, por lo tanto, para recuperar y vivir plenamente nuestra humanidad y nuestra salud, debemos luchar por abolir el capitalismo, que es la causa-raíz de la autoalienación de la humanidad hace siglos, de estar sobreviviendo bajo esta psicopatología social fetichista y antropófaga llamada capitalismo (esta gran cárcel psiquiátrica-mercantil-democrática-espectacular). Criticar y abolir todas y cada una de las relaciones y formas de ser capitalistas. Construir relaciones y formas de ser diferentes, libres, sanas, comunitarias, igualitarias, integrales, auténticamente humanas. Esto es luchar y sanarse juntxs en la práctica. De hecho, como bien dice el SPK, "la única salida es la lucha en común" y "liberar la energía contestataria frente al capital". 
Proletarixs de todas partes: asuman sus enfermedades (sus alienaciones), pónganlas en común, trabájenlas para curarlas colectiva e individualmente, y empúñenlas como armas contra el Capital, la sociedad de clases y todas las formas de dominación. Proletarixs de todas partes: creen grupos de apoyo mutuo/colectivos de pacientes revolucionarixs en todas partes. Proletarixs de todas partes: asúmanse como tales, como enfermxs (físicxs y mentales), para dejar de serlo mediante la lucha revolucionaria. Unámonos entre hermanxs proletarixs psiquiatrizadxs y no psiquiatrizadxs contra el Capital, para dejar de serlo. Abajo el capitalismo, viva el comunismo y la anarquía. Viva la comunidad humana integral que se prefigura en el seno de la comunidad proletaria de lucha integral. Y, al menos para mí, la "Sex-Pol" (Asociación alemana para una Política Sexual proletaria) y el SPK (Colectivo Socialista de Pacientes) históricamente nos marcaron "el camino no convencional" pero fundamental o radical a seguir, hoy y mañana (en tiempos de dominación total del Capital y catástrofe capitalista generalizada), para ello. No es el único camino, por supuesto, pero sí es necesario rescatarlo del desconocimiento y la desmemoria histórica, conocerlo, tenerlo presente y ponerlo en común para lxs proletarixs de todas partes que hoy en día -y mañana- necesiten y deseen empuñarlo como un arma crítico-práctica en la lucha por su autoliberación humana integral. 

***
EL S.P.K VISTO POR EL S.P.K.

HISTORIA DEL COLECTIVO SOCIALISTA DE PACIENTES

En el origen del S.P.K. (Sozialistisches PatientenKollektiv) hubo diversos grupos terapéuticos de la clínica universitaria de Heidelberg, departamento psiquiátrico ambulatorio. Estos pacientes y su médico psiquiatra Huber hicieron la crítica práctica y teórica de esta clínica, en particular, y denunciaron la función ideológica de la psiquiatría, en general (cosa absolutamente nueva en Alemania). Consecuencia: el médico Huber fue despedido de sus funciones por el director de la clínica en febrero de 1970; los pacientes se solidarizaron con él y reivindicaron en una asamblea plenaria de pacientes [la primera en la historia de la medicina (?)] su readmisión y el control de la clínica. A la mañana siguiente, Huber y sus 50 pacientes fueron echados a la calle. Gracias a una huelga de hambre en el despacho de la administración de la clínica llegaron a conseguir cinco habitaciones en la universidad y unos pocos médicos para “terminar” (como decía el rector) la terapia hasta septiembre de 1970.

Así se constituyó el S.P.K.

El S.P.K. intensificaba su labor: nueva forma de organización en Agitación Individual (AI), Agitación de Grupo (AG) y Grupos de Trabajo Científico (GTC) sobre Reich, Hegel, Marx; propaganda por medio de panfletos, Teach-in [foros educativos], colaboración con otros grupos. El número de pacientes aumentó a 250 en 6 meses; el S.P.K. estaba abierto a toda la población, no había listas de espera pues la terapia era gratuita y socializada. Gracias a este trabajo de propaganda en el seno de la población (2.000 firmas para el S.P.K. en una campaña de solidaridad; 3 informes de profesores de universidad que solicitaban la institucionalización del S.P.K. en la Universidad, declaraciones de solidaridad) las autoridades de la universidad no se atrevieron a llamar a la policía para echar a la calle a los miembros del S.P.K. Sin embargo, utilizaron medios mucho más sutiles: congelación de créditos (incluso los sueldos del médico dejaron de ser enviados por la universidad), bloqueo de la comunicación, campañas de prensa difamatorias; el ministro de educación Baden-Würtenberg declaraba en público que el S.P.K. era una mala hierba que había que extirpar lo más rápidamente posible. A continuación, dictaba un decreto por el que se decidía la expulsión el S.P.K. de la universidad. En ese mismo momento el rectorado presenta una demanda de expulsión del S.P.K. Un tiroteo entre la policía y unos desconocidos cerca del domicilio de uno de los miembros del S.P.K. y en el que ningún miembro del S.P.K. estaba presente, fue el esperado pretexto para liquidar definitivamente la organización autónoma de los pacientes [, so pretexto de que eran “terroristas” de la RAF (Fracción del Ejército Rojo)]. 

ENFERMEDAD Y CAPITAL

La contradicción esencial del capitalismo es que la producción de mercancías se corresponde con la destrucción de la vida humana. En la época de Marx, tal contradicción se expresaba bajo la forma de miseria material de las masas (hambre, paro, índices de mortalidad muy elevados...); en nuestra época, esta miseria queda velada por las medidas sociales de los estados capitalistas avanzados (industria de la salud: seguridad social, institución del retiro...), pero la explotación de la vida humana se expresa bajo la forma de miseria psíquica (seis millones de enfermos mentales registrados oficialmente en Alemania; diez millones en Francia. Ver Polack: “Médicine du Capital”). La contradicción inherente al sistema de producción capitalista (trabajo asalariado y capital) se corresponde con la contradicción entre la producción colectiva de los medios de producción y la apropiación individual de estos medios de producción. La expresión de esta contradicción esencial es la producción colectiva de enfermedad tratada individualmente. El individuo abandonado al proceso de producción es, sin embargo, “responsable” de su enfermedad, una enfermedad producida colectivamente. La enfermedad aparece entonces en el individuo bajo la forma de síntomas diferentes, particulares en cada individuo, que se corresponden con su función en el proceso de producción (neurosis; úlcera gástrica; problemas sexuales; esquizofrenia; dolores de cabeza; intentos de suicidio; estructuras autoritarias).

Sin embargo, la enfermedad (lo esencial de todos estos síntomas) representa la unidad de la contestación de las relaciones de producción mortíferas y de la represión de esta contestación. El lado progresivo [subversivo] de la enfermedad es el de ser contestación al sistema capitalista por poner en evidencia la inhumanidad del capital; su lado reaccionario es el hecho de que la enfermedad tratada individualmente no puede poner en crisis al sistema, pues esta contestación queda destruida por la destrucción de la vida misma.

Por ejemplo, la fiebre es la manifestación de una forma de vida, pero esta vida se consume con la fiebre. La enfermedad es la vida que se quiebra y se niega. La transformación del malestar inconsciente en conciencia feliz es la transformación de los síntomas sentidos individualmente en arma colectiva contra la enfermedad, contra el capital. Este proceso es una lucha colectiva de los pacientes.

EL TRABAJO DEL S.P.K.

El método de superación de los síntomas se hacía según la dialéctica de ser y conciencia (bases teóricas en Hegel y Marx). 

La forma

Según la dialéctica del individuo y de la sociedad, cada paciente participaba simultáneamente en la agitación individual y en la agitación de grupo. La mayoría participaban además en los círculos de trabajo científico sobre Hegel, Marx y Reich.

La agitación individual (AI) y la agitación de grupo (AG)

Después de un examen inicial realizado por un médico del colectivo, el nuevo paciente empieza por una AI con un paciente de su elección que tiene ya una experiencia en el método de agitación. En la terapia burguesa, el paciente espera del médico que le suprima los síntomas. El paciente tiene una actitud de espera cuando empieza la AI. Considera al médico (tratante) como sujeto capaz de disponer de su enfermedad, cosa de la que el paciente no se siente capaz. Pero, objetivamente, el que trata es también paciente y no es capaz de curarse a sí mismo. También es objeto, producto del capital. Al reconocer el origen de su enfermedad, es decir, el capital, el paciente comprende quién es el que realmente dispone de su enfermedad y de la de los demás para sacar de ella un beneficio.

Tanto para él como para el que le trata, cualquier posibilidad de vivir una vida por sí mismo queda excluida, pues ambos son mercancía. La única salida es luchar en común.

En el inicio, la relación tratante-paciente se corresponde con una relación de actividad-pasividad.

El que está en actitud pasiva teme cometer un error y, en consecuencia, el perder un prestigio frente a los demás. El que está activo lo está por la misma razón: para ganar prestigio. En términos económicos, el prestigio es el valor de cambio que se vende en el mercado. Una mercancía de alto valor tiene la posibilidad de ser mejor tratada que una mercancía casi sin valor. Al mismo tiempo, queda completamente aislada de las otras mercancías en la competencia.

Es una lucha a discreción entre la competencia. El único medio de romper el aislamiento y la competencia es la superación de la cualidad aislante de activo o de pasivo colaborando en el seno del colectivo.

Dialéctica de la agitación individual (AI) y de la agitación de grupo (AG)

Absolutamente determinado por el aislamiento y la competencia, el paciente que llega al S.P.K. tiene miedo de expresar sus deseos en el grupo. Quiere tener la posibilidad de hablar de sus problemas sin competidor, es decir ¡con una sola persona! Durante la agitación individual, el paciente se da cuenta de que el que le trata es tan impotente como él mientras permanezca solo y de que, incluso siendo dos, ambos son aún impotentes y aislados. Es entonces cuando experimenta el deseo de estar en un grupo más amplio. Al mismo tiempo, reconociendo que no existe un individuo-sujeto y que únicamente un colectivo puede convertirse en sujeto, se da cuenta de la locura de la competencia que tiene por base los individuos-sujeto y pierde, en consecuencia, el miedo a expresarse [y a actuar] en grupo.

ALGUNOS PRINCIPIOS DE LA PRÁCTICA DEL S.P.K.

1. El punto de partida de nuestro trabajo son los deseos de los pacientes.

2. En el marco del control colectivo de los pacientes en forma de agitación terapéutica individual y de grupo, los deseos son reconocidos en su doble función como productos y como fuerzas productivas.

3. En la agitación individual (AI) y de grupo (AG), el principio es tratar todo lo que los pacientes “ofrecen”.

4. Sólo por medio de la AI y de la AG las condiciones de ser -objetivas y exteriores- del paciente, así como del colectivo de pacientes, se introducen en la práctica colectiva.

5. El punto de partida de la agitación son los síntomas que se manifiestan de una manera específica en el individuo (lo particular). Desarrollando las contradicciones particulares se llega a las contradicciones esenciales del capital (lo general). El síntoma se reconoce entonces como síntoma del capital (lado reaccionario) y se suprime al mismo tiempo que se libera la energía contestataria frente al capital.

6. En el curso de la AI, la AG y los GTC (grupos de trabajo científico) los conocimientos específicos y las capacidades adquiridas de cada paciente (ello es particularmente válido para los médicos) son socializadas y las diferencias de inteligencia y de educación desaparecen progresivamente entre los pacientes.

7. Los productos del S.P.K. son: la emancipación, la cooperación, la solidaridad y la identidad política.

8. El objetivo y las etapas de nuestro trabajo son: la transformación dialéctica de individuos en colectivo, la creación de nuevos colectivos por todas partes (expansionismo multifocal), y la transformación dialéctica de todos los colectivos en revolución socialista.

[Extraído de ENAJENADXS # 9. Fanzine Anti-Psiquiátrico. Madrid-España. 2003 
(Año 19 de la Era Orwell)]

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