Reproduzco aquí la carta de despedida de Leopoldo María Panero al Hospital de Día de Madrid donde recibía «tratamiento», con fecha 18 de octubre de 1979. Carta en la cual «el poeta de la locura» critica de frente y sin piedad a la falsa antipsiquiatría, a la psiquiatría y al psicoanálisis; es decir, a las pseudo-«psiencias» o al «psistema»[1]:
El brillante y contundente fragmento en el que Panero dice «González Duro y Cía repiten malamente a Freud: en la "psicopintura" un árbol es el padre, un toro la criada y eso verde mi mamá. Mamá, papá: ¿no hay otros modelos de la personalidad?», merece una doble reflexión de mi parte.
Por un lado,
este fragmento es una muestra específica de una de las críticas fundamentales y
acertadas que le hace el esquizoanálisis de Deleuze y Guattari
al psicoanálisis de Freud y sus seguidores: la crítica a su «catexis familiarista»:
«La crítica del Edipo y del psicoanálisis depende estrechamente de un estudio más abarcativo acerca de las relaciones entre el capitalismo y la esquizofrenia. Las catexis[2] conciernen, en realidad, al campo social. Por ejemplo, el delirio del esquizofrénico no es familiar, sino histórico, político, mundial (se delira sobre los chinos, los alemanes, Napoleón, Juana de Arco, los arios y los judíos, el dinero, el poder y la producción, según las épocas; no sobre “papá y mamá”).
Incluso la “novela familiar” depende estrechamente de las catexis sociales inconscientes que aparecen en el delirio, y no a la inversa. Y esto sucede ya en la infancia.
Deleuze-Guattari llegan a proponer un (esquizo)análisis que se contrapone al psicoanálisis. Les interesa algo que no les interesa a los psicoanalistas: ¿Cuáles son tus máquinas deseantes? ¿Cuál es tu manera de delirar el campo social?
Para ellos, el psicoanálisis es como el capitalismo (en el cual se creó y se desarrolló): “la esquizofrenia es su límite, pero no deja de desplazar el límite ni de intentar conjurarlo”.» (Jorge Grippo, Esquizoanálisis − Definición, 2014)
A lo cual cabe agregar que, en este aspecto, el psicoanálisis comparte y reproduce una falsa premisa de la sociología burguesa estructural-funcionalista, a saber: que "el núcleo fundamental de la sociedad es la familia", cuando en realidad, como bien lo refuta Gilles Dauvé, es la empresa, en tanto unidad social fundamental de producción y valorización del valor; es decir, en tanto unidad social fundamental de producción y reproducción de las relaciones capitalistas. La sociedad mercantil generalizada es una empresa generalizada que incluye y determina a la familia, no al revés. Desde la perspectiva comunista, por tanto, la crítica y abolición de la familia implica la crítica y abolición de la empresa, entendidas como relaciones sociales, claro está. Lo mismo aplica para el Estado, la cárcel, el hospital, la escuela, la iglesia, el patriarcado y las demás instituciones del actual sistema de dominación. He aquí la base histórico-materialista y anticapitalista de las catexis sociales del esquizoanálisis en contra y más allá de la catexis familiarista y funcionalista del psicoanálisis.
Por otro lado, es inevitable pensar en cierto personaje tóxico que conocí hace unos meses en esta ciudad, ya que, debido a sus traumas no superados, el susodicho repite obsesivamente o como disco rayado la catexis familiarista del psicoanálisis, al cual por cierto no lo conoce en toda su profundidad y extensión y, aún así, lo hace su fetiche ideológico y su adorno intelectual; se cree «psicoanalista», pero no tiene ningún estudio superior ni título profesional de ello, por lo cual no es más que un charlatán o un farsante que sobrepsicologiza y habla cualquier cosa desde su carencia y su envidia («el que presume, carece»), con las cuales también juega el miserable rol de viejo inmaduro, moralista, amargado y criticón de todo mundo desde su aislamiento y su burbuja de mierda, sólo que con términos rebuscados o pseudoeruditos que, de tanto usarlos, se prostituyen y banalizan, p. ej. se la pasa «criticando» y haciéndose la víctima del «narcisismo» y la «psicopatía» de otros, pero la verdad es que esas son sus propias proyecciones y fijaciones (típico de sujetos pasivo-agresivos e impostores); habla y publica mucho de «recuperación», «espiritualidad», «amor», «consciencia», «cambio», etc., pero en realidad eso sólo es la reafirmación autocomplaciente e hipócrita de su enfermedad no aceptada ni trabajada realmente: pura máscara y «pura boca»; es incapaz de recibir críticas y de sostener una discusión: se ofende con facilidad, pierde el autocontrol, es reaccionario, resentido y vengativo: el típico «hater» u odiador; y, para colmo, hasta internó en una cárcel psiquiátrica a su propia hija, quien con razón lo odia. Ah, y años atrás había votado por «papá» Correa, el capitalista de Estado del siglo XXI criollo, pero se dice «marxista», «revolucionario» y, por si fuera poco, «fuerte», «interesante», «sensible» y hasta «poeta». En fin, no es más que otro asqueroso, acomplejado y ridículo policía de la psique que se disfraza de «crítico del sistema»; un contrarrevolucionario y un tóxico de izquierda con el cual no vale la pena vincularse, sino que, por el contrario, hay que mantenerse lejos. Es lo más inteligente, saludable y digno al respecto.
Cabe aclarar que este es sólo un caso o un ejemplo de este tipo de personajes de novela de terror, porque lo antedicho no es un problema exclusivo de este individuo despreciable, sino que es un patrón de conducta de muchos individuos, aquí y en todo el mundo. Y no es sólo un problema psicológico, sino que es una de las tantas consecuencias o síntomas subjetivos de determinadas condiciones materiales e históricas de existencia; es decir, no es más que una singular personificación de esta sociedad de la mercancía, la enajenación, la separación, la competencia, el espectáculo y la muerte, en general, y del actual periodo histórico-mundial contrarrevolucionario, en particular. Algo que los psicologistas nunca entenderán.
(Unos compañeros anarquistas de la región chilena recién publicaron en su cuenta de Instagram un video que calza como anillo al dedo a este tipo de individuos impostores y tóxicos que se meten en espacios militantes y activistas sólo para contaminarlos y romperlos con su mediocridad y su odio. La leyenda de este video dice «Porque necesitamos un movimiento sano que luche por las justas demandas de todos y no para alimentar el ego de unos pocos!»)
Volviendo a la carta de Panero, lector de Reich y, por tanto, de Marx y su crítica al fetichismo de la mercancía o a la cosificación de las personas y sus relaciones, también es brillante y contundente este otro fragmento donde además denuncia la violencia psiquiátrica: «Cualquier objetivación es un insulto [...] el desconocimiento de la realidad del "otro" (del "enfermo") va tan lejos que en lugar de apropiadamente tranquilizarlo (cosa que siempre es posible) el sujeto devenido puro objeto, pura cosa ("bestia") es amarrado teniendo una reacción imprevisible (no humana).»
Finalmente, hay una foto en la que Panero sale meando a una pared: esta es la crítica práctica y poética que, por lo menos, se merecen el «psistema» capitalista, sus defensores y sus falsos críticos.
Quito, diciembre 2021
[1]
Psistema: «Nombre que se da al sistema psiquiátrico para denunciar
las violencias que se producen en el mismo, que incluyen diferentes medidas con
el efecto común de menoscabar la autonomía y los derechos de las personas
consideradas locas, infravalorando sus comportamientos y su sufrimiento psíquico.
De este modo, el término pretende señalar el carácter político de la psiquiatría
como agente del orden social, empezando por la utilización del término “salud
mental”, que patologiza, medica y excluye aquellos comportamientos considerados
“discordantes”, dándole un carácter individual al padecimiento
psíquico y tratando de ocultar el origen social del problema.» Leer definición completa
[2] Catexis: «También puede nombrarse como catexia, carga, investidura o investimiento, aunque a veces con distintas connotaciones. Es un concepto económico: la catexis hace que cierta energía psíquica se encuentre unida a una representación o un grupo de representaciones, una parte del cuerpo, un objeto, [una persona, una emoción, una pasión, una idea, una palabra,] etcétera.» Leer definición completa
(Imágenes
tomadas de Facebook y de Internet)
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