8 de abril de 2020
El virus, covid-19, el coronavirus le cayo como anillo al dedo al orden de los estados en tiempos donde la revuelta era internacionalista desde América, Europa hasta Asia donde casualmente se origino la pandemia, teorías sobre su origen hay muchas, posiblemente nunca tengamos la certeza de nada, lo que si sabemos son los efectos sociales y económicos que ha provocado en el mundo. Las clases inevitablemente se agudizarán, la precariedad de la salud en los países latinoamericanos sobre todo en aquellos en extremo neoliberal se notará aún más y nuevamente morirán los de siempre, la clase oprimida, los pobres. Pienso que en la sociedad de clases el llamamiento a cuarentena total no es realmente efectivo, porque la cuarentena es un privilegio de clases y somos muchxs lxs que no contamos con la posibilidad de guardarnos en lo que Judith Butler llamo “falsa idea de hogar” (1), además que los sectores productivos controlados por capitales no permitirán que esta medida les afecte, en el fondo la cuarentena total solo vendrá a potenciar dispositivos de control por el Estado que en nada parecen detener el avance del coronavirus, sino al contrario restringen libertades individuales, proporcionan libertades a órganos represivos. Aclaro que no se trata de apelar a un llamamiento reaccionario de su contrario sino a ser conscientes que tal medida ha sido solo una cortina de humo que invisibiliza el problema de fondo más allá de la tremenda crisis sanitaria, el virus es funcional al capitalismo, entonces si la cuarentena total no se le opone a este no tendrá un efecto real para detener la pandemia y salvar vidas. Por supuesto que en primera instancia todxs han estado de acuerdo que los estados declaren cuarentena total, los falsos críticos de siempre también, el análisis debe ser poco más allá, más profundo. Se ha orquestado también un espectáculo comunicacional gracias a los medios mercenarios en torno a la pandemia, produciendo un tipo de psicosis colectiva en América Latina al ver la experiencia del coronavirus en Europa y Asia la cual no ha sido nada favorable para nuestras sensibilidades y subjetividades (fundamentales en la potencia o sistema inmune).
El individualismo, el orden de los estados tras un proceso de biopoder, los capitales funcionales al coronavirus se notarán más y producirán muerte y enfermedad, antes sin pandemia y ahora más con pandemia. El llamamiento desde la resistencia al menos, necesariamente tendrá que apelar a la solidaridad ante todo, practicar la expropiación colectiva, el apoyo mutuo, no fortalecer el estado y ser conscientes de la gravedad de la pandemia desde el saber y la practica solidaria. Solidaridarizar con los presxs quienes se encuentran en condiciones de cárcel y hacinamiento peor que las ciudades (arquitecturas carcelarias por lo cual también desconfío de la cuarentena total), lo que permiten los brotes aún más rápido. No hay futuro, lo hemos tenido claro siempre, pero es prioridad defender nuestra clase explotada ahora más que nunca.
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